<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15843670\x26blogName\x3dDe+Blogueros+y+Blogs\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://blogersyblogs.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_CR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://blogersyblogs.blogspot.com/\x26vt\x3d-5470086084572619415', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

18.10.05

Crossroads

Ya que mas de la mitad de los visitantes de "De Blogeros y Blogs" provienen de Costa Rica, y del resto muchos son ticos, o al menos conocen el país; supongo que la situación que a continuación describiré no les es extraña. Un fenómeno interesante - si se me perdona el eufemismo - en las calles de Costa Rica, son las intersecciones que, a pesar de ser transitadísimas, carecen de dispositivos electricos que emitan señales luminosas para el control del flujo circulatorio. Sí, no tienen semáforos. En esta tierra de cuento por supuesto que imposible es soñar con que haya un oficial de tránsito supliendo tal ausencia, al menos durante las horas pico; de toda suerte que la mayoría de las veces no nos queda otra que ver desfilar vehículos - casi siempre a una "despeinante" velocidad de 12 k.p.h., y "bumper" contra "bumper" - a lo largo de la calle que pretendemos atravesar, o a cuya corriente pretendemos sumar nuestro vehículo.

En la ruta que recorro todas las mañanas desde mi casita hasta mi trabajo, tengo que enfrentar, no una, sino tres intersecciones de naturaleza similar a la que acabo de explicar. Ello acarrea consigo como resultado que - no obstante no comprender en exceso de tres o cuatro kilómetros en total - el trayecto hacia, o desde mi laburo, la mayoría de las veces acapare casi media hora de mi jornada.

Cuando se trata de enfrentar una de esas intersecciones malditas, yo tiendo a emplear una de las varias estrategias que he ido desarrollando a lo largo de los años. Cuando sucede que me he levantado temprano y dispongo de tiempo de sobra - lo que se presenta con menos frecuencia que un avistamiento del cometa Hyakutake - inclino hacia atrás mi asiento, enciendo una pipa y me deleito en digerir - dependiendo del intervalo de tiempo requerido para poder volver a circular - entre uno y tres capítulos del libro que esté leyendo por esos días. En otras ocasiones, al llegar a la señal de alto, opto por ir adelantando mi automovil de forma sutil y centímetro a centímetro; encuñandome en el flujo vehicular hasta que eventualmente me convierto en un trombo y al resto de los choferes no les queda otro remedio mas que permitirme pasar. Esta técnica siempre implica las consiguientes miradas fulminantes, las mal intencionadas referencias a mi madrecita, y el riesgo latente de que un chofer de autobus, de esos que tienen escriturado a su nombre el ancho completo de la vía, nos deje - a mi carrito y a mi -en un desagüe el día menos esperado.

Cual habrá sido mi sorpresa cuando ayer, al llegar al primero de tales suplicios viales, vi a un chofer que me invitaba con la mano a colocarme delante suyo en el atolladero al cual yo pacientemente esperaba ingresar. La tibia sensación de afecto por mis congéneres que esa concesión provocó en mi corazón se acrecentó cuando, al llegar a la segunda intersección, una damita - que para redondear era de complexión en extremo agradable a la mirada - repitió el gesto y me permitió incorporarme al embotellamiento. No les podré negar que mi renovada fe en la humanidad adquirió proporciones épicas en el momento en que me fue concedida la prioridad de paso - de entre toda la fauna vial; por parte de un chofer de autobus - si bien apenas había llegado a la tercera intersección. ¡Así es! No hubo "third time's the charm" a la inversa que valiera.

Semejante serie de eventos afortunados tuvo dos efectos inmediatos en mi persona. El primero consistió en un día lunes durante el cual mi habitual carácter, gruñón y quisquilloso, se convirtió en un entusiasmo contagioso e inabatible: el mundo me sonreía. La segunda consecuencia resultante es que finalmente me resolví a escribir sobre una idea que da vueltas por mi cabeza ya hace tiempo. Lo que pasa es que hoy ya me extendí mas allá de lo que dicta la decencia. Y, si empiezo a aburrirme a mi mismo con tanta sandez, no quiero ni imaginar el sufrimiento que le estoy haciendo pasar a quien esté leyendo esto; así que dejaré el relato hasta acá y me ocuparé con la exposición de mi cacareada idea en una posterior entrega.

10 Comments:

Blogger ilana dijo...

Oscarcito,
el mundo nos sonríe a los dos... sandeces o no, siempre es un placer leerte a vos, y espero con ansias lo prometido;)

5:11 p. m., octubre 18, 2005  
Blogger Sirena dijo...

Chicos, perdonen pero no puedo evitar cada vez que los visito pensar que se escribe blogueros y no blogeros (digo, por aquello de que sonarñia blojeros). Varas mías, ya sé.

6:05 p. m., octubre 18, 2005  
Blogger Oscar dijo...

Ila: Nada como sentirse felíz, verdad? En esos días hasta la nimiedad mas insignificante le renueva a uno la fe en la humanidad.

Sirenacanta: Te concedo absoluta razón. Te cuento que aquellos a los que les correspondió mi educación formal, siempre sufrieron por mi culpa. Mi particular indisposición a aprender mis letras (debida probablemente al inusual espesor de mi craneo), aunada a mi innata testarudez; fueron los causantes de que hasta el día de hoy yo sea un absoluto incapaz cuando me veo ante la tarea de aplicar los cánones de la ortografía, la gramática, e inclusive el mas básico sentido comun, a la hora de escribir. Te ruego un poco de indulgencia pues en lo que yo escribo te encontrarás frecuentemente puntos, comas y tildes salpicadas sin orden ni concierto, al igual que atrocidades como la que señalaste.
;)

6:36 p. m., octubre 18, 2005  
Blogger ilana dijo...

Ja Ja. Oscar, claro, con referencia a lo que dice Sirena nunca te quise decir nada, sólo lo corregía de una manera ejemplar... insistiendo en escribir Blogueros... ah, pero sos vos la voz principal de este espectáculo y como gringa renegada, (aunque intstructora de lengua compulsiva) no quería molestar con mis manías:) O sea.. escribí vos que el placer no viene de la ortografía... ¿o sí? :P

6:51 p. m., octubre 18, 2005  
Blogger Oscar dijo...

Lani querida! Que no se diga de mi que me creo tanto como para no aceptar ser corregido. En lo que a mi toca, sería un verdadero placer que vos te podás sentir en plena libertad de corregir mis gazapos. Si yo no estoy acá para aprender algo todos los días, menudo caso perdido sería: tonto y, para coronar, sin voluntad para aprender.
;)

7:14 p. m., octubre 18, 2005  
Blogger Floriella dijo...

Me dio mucha risa el post, de verdad que es una jungla a la que se enfrenta uno en las calles de nuestra querida Costa Rica. Y una jungla llena de fosas mortales (lease, huecos) debo agregar, como para hacer la aventura mayor...

9:37 p. m., octubre 18, 2005  
Blogger ilana dijo...

Ay, no sabés cómo se me puso la piel que me "dijeras" Lani... yo con gusto te enseño lo que pueda, y vos me tendrás que enseñar otro tantito;)

10:32 p. m., octubre 18, 2005  
Blogger Solentiname dijo...

Yo creo que Oscar se soñó este episodio. Sobre todo si ocurrió en presas en CR. Podrías certificarlo com,o notario público?

7:15 a. m., octubre 19, 2005  
Blogger Dean CóRnito dijo...

Sole: Oscar no se lo soñó; sueño tuviste vos con esa vara de la mano izquierda y los puros de Oscar y no se qué otras cosas geniales que escribiste en tu blog. Yo lo que creo es que esa mañana Oscar mezcló un poco de yerbabuena (if you catch my drift) con el tabaco de la pipa, lo que le impidió oír el "grandísimo hijuep..." que le gritaron al atravesarse.

Eso, y que el lunes fue medio feriado y habían menos presas de las usuales, por lo que alguna gente andaba de mejor humor que lo acostumbrado...

4:53 p. m., octubre 19, 2005  
Blogger tirasdepapel dijo...

Buscando una respuesta, pasé a saludar...

12:57 p. m., octubre 21, 2005  

Publicar un comentario

<< Home