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10.11.05

La Taza del Diablo

"Noir comme le diable, chaud comme l’enfer, pur comme un ange, doux comme l’amour"
C.M. de Talleyrand


Les diré; mi día -mi vida entera- no empieza realmente hasta después de mi primera taza de café. Antes de eso, ni siquiera podría aspirar a considerarme como un ser humano ni siquiera remotamente funcional. Así como la receta de monsieur De Talleyrand, mi primer café de la mañana tiene que ser: negro como el diablo, caliente como el infierno, puro como un angel, dulce como el amor.

Y es que -por crudo que me sea admitirlo- yo soy un cafeinómano. Tengo una incurable adicción a la infame "taza del diablo". La historia de mi vil dependencia tiene sus orígenes en mi infancia (y sí, para cortar de raiz un posible comentario de parte de alguien que ya me imagino ¡aun me acuerdo de mi infancia!). Uno de los recuerdos mas vívidos de mi niñez es el del matutino aroma de cafecito recién chorreado. Mi padre solía ser adepto a una taza del brebaje caliente, preparado con los granos que -uno de sus pasatiempos- él mismo cultivaba, cuidaba, seleccionaba, tostaba y molía. Dada mi corta edad, en esa época solo se me permitía el gozo de aspirar el cálido perfume, pero no el de degustar la bebida que manaba tan celestial dicha. La verdad es que, por mucho tiempo, le resentí a mis padres la prohibición; pero he llegado a comprender que permitirles a sus hijos tomar café les hubiera llevado a ellos a una tumba temprana. Cuatro infantes de naturaleza ya de por si inhumanamente fogosa, los habríamos matado de "colerones" de habersenos permitido acceso irrestricto a semejante "combustible".

Ya siendo yo algo mayorcito -cuando ya podía disfrutar de vez en cuando de una tacita de café- mi padre empezó a padecer de un desorden digestivo que, aunque leve, trajo a nuestro hogar la proscripción de la bebida por parte de un gastroenterólogo (energúmeno a quien se la tuve jurada por años). No siendo yo económicamente autosuficiente por aquella época, y en vista de que en la casa toda la familia debía purgar solidariamente la condena, me vi empujado a la humillante conducta furtiva de mendigar un cafecito cada vez que estaba de visita en casa de algun pariente o amigo. Todo con tal de alimentar mi adicción y evitar la fatídica taza de té o, aun peor, de manzanilla -cuya mera mención me hace estremecer hasta el día de hoy- que en mi hogar usurparon el lugar del noble café.

Soy un cafeinómano. El otro día escuché una frase de David Letterman e instantaneamente se me ocurrió que de mi mismo podría decirse otro tanto: "De no ser por el café, yo no tendría ni una personalidad discernible".

A pesar de que hoy puedo admitir mi dependencia con la frente en alto, no siempre fui capaz de identificar los indicios con claridad. Todo ello cambió -allá por la época en que mi consumo se limitaba a solo unos dos litros al día- cuando, mientras hacía una búsqueda en Google por "wallpaper" con imágenes de café para mi computadora del trabajo, me encontré con un "site" que me hizo detenerme en seco. La página en cuestión se llamaba "Too Much Coffee: Are You A Coffee-holic?", y enumeraba toda una tipología de síntomas para autoidentificarse como un café-dependiente. Si uno creía que diez o mas de los síntomas eran aplicables a uno mismo, podía uno proclamarse como un "cafetero" perdido. De acuerdo con lo que averigüé ese día les puedo decir varias cosas acerca de mi persona que les aclararan la magnitud de mi vicio.

En la playa yo nunca me bronceo; me tuesto. Me emborracho solo para poder "sacarme la resaca" con un café bien cargado. Quisiera reencarnar como una jarra para café. La fecha de mi cumpleaños fue propuesta como día de fiesta nacional en Brasil. La cocaína me deprime. Puedo teclear un promedio de sesenta palabras por minuto... ¡con los dedos de los pies! Cuando se me acaba el café chupo la taza. Soy capaz de bostezar o estornudar mientras mantengo los ojos abiertos. Estuve a punto de bautizar a mis perros "Crema" y "Azucar". Tengo una foto de una jarra para café en mi jarra para café. Alguna vez pensé cambiar oficialmente mi nombre por Juan Valdez. El otro día le dije a una amiga, que vive fuera del país: "I'm just another regular joe".

Uno de los pocos consuelos que tengo -ya sabemos lo de "mal de muchos..."- es saber que comparto mi debilidad con verdaderos grandes de la historia, lo que me lleva a pensar que puede que no esté tan mal la cosa. Napoleón Bonaparte, Oliver Wendell Holmes, T.S. Eliot, John D. Rockefeller Jr., Mark Twain... todos encontraban dificil elaborar un pensamiento coherente antes de su primera taza de café, y todos supieron ensalzar la noble droga con sus palabras. Digno de mención aparte es el caso de J.S. Bach, quien dedicó toda una cantata (su Kaffee-Kantate, de 1732) al deleitable elixir.

Me encantaría poder seguir desahogándome acerca de mi cafeino-dependencia, pero me acabo de dar cuenta -con gran alarma, además- que mi taza de café se quedó vacía. Ahora solo puedo pensar que necesito con urgencia una taza de qahwa, kope, kaffe, kalawa, coffee... café por cualquier otro nombre, con tal de poder volver a mi habitual estado de cafeinado nirvana.


9 Comments:

Blogger Solentiname dijo...

Te encantaría haber estado en la charla que dio Manuel Patarroyo (el que regaló la vacuna de la malaria al mundo) sobre todos los beneficios del café. Yo estuve y dejé la lucha para entregarme a una taza de café diaria...

9:52 a. m., noviembre 11, 2005  
Blogger Floriella dijo...

Pues en mi casa a todos nos recetaron café desde chiquillos y ninguno de mis hermanos ni yo tomamos café ahora. Ahí, un capuchinito de vez en cuando, o un café frío con chantilly y crema irlandesa (ese sí me mata), lo cual me lleva a pensar que, de haberte dado a tomar todo el que quisieras, de niño, no padecerías ahora de tan grave (pero placentera, parece) adicción.
Genial, Osquitar, como siempre me hiciste reír un montón.

10:06 a. m., noviembre 11, 2005  
Blogger Oscar dijo...

Sole: ¿La charla del año pasado? ¿La que patrocinó ICAFE? Me la perdí, pero en algun momento leí sobre los beneficios para la salud. Reducción de calculos biliares, prevención de cancer en el tracto digestivo, disminución de riesgo de padecer Parkinson, menor probabilidad de padecer -¡importantísimo para los que también gustamos de los "vinitos"!- males hepáticos. La verdad son altos los beneficios, y adicionalmente puedo andar "hyper" todo el día.
Por otro lado (él alega que hace un promedio de 15 tazas diarias) voy a poder sumar a Patarroyo a mi lista de ilustres viciosos.
;)

Flo: Cafecito caliente ligado con Bailey's, el Café Corregido (mitad café negro, mitad brandy) que sirven el el Marriot, un Café Amaretto (con crema batida y almendras), un Café Mexicano (tiene que ser con un añejo Herradura o un Cuervo 1800)... Suave, ya vengo, voy por un café.

11:03 a. m., noviembre 11, 2005  
Blogger andro dijo...

Sorry, reprise:

Yo tomé yodo regularmente hasta segundo grado de la escuela, hasta un catastrófico día en que mi tata me botó la raspada taza de Bugs Bunny que yo usaba para tales efectos. Si no era en esa taza, yo no tomaba café. Y no lo volví hacer hasta que por necesidad, durante un época ajetreada de mi vida, se volvió necesario para atravesar la invencible mañana. Recuerdo el combo: Media bolsa de chorrear llena con café Rey, un taza de agua hirviendo, lo repasaba y le echaba cuatro cucharadas soperas de azúcar. Me lo mandaba como un tequila y para quitar el espantososo sabor, me mandaba ipso facto dos vasos de Pepsi. Ésta era la fórmula de la felicidad eléctrica. Recomendable sólo en casos de emergencia.

Actualmente, no bebo café. No me gusta.

12:34 p. m., noviembre 11, 2005  
Blogger Solentiname dijo...

Esa misma charla. Yo zí estuve. Y decía patarroyo que para ya andar hyper había casi que inyectarse 15 litros de café intravenoso. Conclusión: los que hablan mal del café son los agentes del imperialismo yankee... jejejejejeje

8:22 p. m., noviembre 13, 2005  
Blogger Bandidocr dijo...

Nada como un espresso a las 5 p.m. solito sin adulterarlo con azucar u otra babosada. No tomo mucho pero me gusta fuerte...de a peso mi güey...

12:41 p. m., noviembre 15, 2005  
Blogger Jorge Esteban dijo...

Su fecha de cumpleaños fue propuesta como Fiesta Nacional en Brasil. Acaso ud y yo cumplimos años el mismo dia? El 7 de Septiembre?.
Ahhhh excelente entrada, me encanta y disfruto el cafe al maximo. Tengo la fortuna de ser de la tierra de Juan Valdez, soy de Medellin Antioquia, la tierra donde se produce el mejor cafe del Mundo!!!

8:46 a. m., julio 14, 2011  
Blogger TAZMAN dijo...

muy cierto no hay nada como un cafe para empezar el dia....aprendi de mi abuela a colar cafe(pasar)en esas cafeteras antiguas aporcelanadas....que aun mantengo como un tesoso y recuerdo de ella...y si el dia no empieza hasta no tomar una buena taza de cafe

9:18 a. m., agosto 22, 2011  
Anonymous Anónimo dijo...

Amo el café!!!!!, soy de medellín y viví con una tía de mi madre, una viejita que era ciega, adicta al café; cuando tenia 5 años me tome el primer ´sobradito de café que ella dejaba en la taza de peltre, esperaba paciente el ultimo trago, como una recompensa en el final de la noche, cuando me contaba sus historias del pasado a la luz de la vela, los recuerdos son como el aroma del cafe.........

12:44 p. m., octubre 03, 2011  

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